Se debe de buscar con anticipación acciones para evitar problemas muy comunes en muchos de los negocios familiares como son las siguientes:
MANTENER LAS LÍNEAS DE COMUNICACIÓN ABIERTAS: Reuniones regulares, tanto dentro como fuera del trabajo y respetar los canales oficiales de la organización.
INTENTAR MINIMIZAR EL CHOQUE GENERACIONAL: Aunque es inevitable, una mente abierta ayudará a dialogar y favorecerá llegar a acuerdos.
CONTAR CON UN COLABORADOR O CONSULTOR EXPERTO: Su visión independiente en asuntos de finanzas o de cualquier otro campo ayudará a facilitar los procesos.
DISEÑAR UNA ORGANIZACIÓN PROFESIONAL: Para un funcionamiento racional orientado a la productividad, sobre todo cuando la empresa aumenta su tamaño, para así dirigir problemas y definir los puestos en responsabilidades y salarios.
PROTOCOLO FAMILIAR: Tener acuerdos y reglas de funcionamiento claras sobre roles y responsabilidades será un primer paso para un tratamiento profesional de los conflictos.
ESTABLECER UN PLAN SUCESORIO: Hacerlo con suficiente antelación para superar un desafío tan importante, del que dependerá el futuro de la empresa.
REUNIONES MENSUALES DE EVALUACIÓN Y TOMA DE ACUERDOS Y DECISIONES.
LLEVAR CUENTAS CLARAS, RENDIR CUENTAS CON TRANSPARENCIA.
Además de estas estrategias que sirven para consolidar una empresa familiar y prevenir los conflictos, si los mecanismos apuntados fallan, también están los sistemas de resolución de conflictos como el arbitraje, la mediación o la intervención de terceros que pueden ayudar y, en última instancia, evitar acudir al corte.