Estamos en la gran pandemia, estamos en situaciones difíciles, pero no por eso deben de dejar de crear sus propios negocios!
Los emprendedores y emprendedoras nacen y se hacen.
El desarrollo del emprendedurismo ha demostrado en el mundo su validez como estrategia para superar la pobreza y desarrollar en plenitud a las personas y familias que participan de proyectos de este tipo.
La mujer emprendedora, caracterizada por un espíritu activo y positivo, que la lleva a asumir riesgos y compromisos, desafía al mercado y al sistema, se levanta y vuelve a empezar asumiendo los inconvenientes y fracasos como aprendizajes. Es esta mujer la que con valentía ha sabido enfrentar la crisis terrible que vivimos hacen tan pocos años.
El autoempleo constituye, en muchos casos, la única oportunidad de la que disponen muchas mujeres para ganar un ingreso de subsistencia, debido a que el empleo pago se encuentra fuera de su alcance.
El desarrollo de actividades emprendedoras no es fácil y vuelven a demostrar el ingenio y la capacidad de trabajo que estas mujeres, algunas como único sostén de sus familias, demuestran al sortear las múltiples dificultades que se le presentan.
Algunas de las barreras y obstáculos relativos al género pueden resumirse en:
Barreras de rol: Se espera de ellas otro rol y no el que implica su participación en el espacio público y en el mundo de los negocios.
Barreras sociales y culturales: Actitudes negativas hacia las mujeres que participan en negocios, falta de apoyo familiar, escasas posibilidades de movilidad.
Barreras educacionales: la falta de preparación técnica o conocimientos insuficientes, educación incompleta y parcial, acceso limitado a la capacitación por el sin número de responsabilidades familiares.
Barreras ocupacionales: menos oportunidades para algunos oficios y para el empleo formal.
Barreras legales y de infraestructura: problemas de acceso al crédito, a la tierra, a servicios de apoyo, a la información.
Estas barreras, algunas de las cuales hoy van lentamente encaminadas hacia cambios que tienden a disminuirlas, tienen fuertes raíces socio-culturales, lo que supone un proceso a largo plazo, en el cual, la sociedad toda, hombres y mujeres, debemos involucrarnos y participar.
Emprender un negocio se requiere partir de una visión de futuro, tomar decisión, prepararse, actuar y tener disciplina.